Un buen aterrizaje es aquel en que el piloto puede salir andando. Un aterrizaje perfecto es aquel en que el avión puede usarse otra vez.
Volar no es peligroso. Lo peligroso es estrellarse.
Un buen piloto es el que mantiene el mismo número de despegues que de aterrizajes.
Los helicópteros no pueden volar. Lo que ocurre es que son tan feos que la tierra los rechaza.
Hay tres simples reglas para conseguir aterrizajes suaves. Desgraciadamente nadie conoce cuales son.
Hay dos tipos de pilotos: Los que han aterrizado sobre la barriga del avión, y los que lo harán.
El número de botes de un aterrizaje es proporcional al número de personas que lo estén observando.
Siempre es mejor estar aquí abajo deseando estar allí arriba, que estar allí arriba deseando estar aquí abajo.
Cuando dudes, mantén la altitud. Nadie ha chocado jamás contra el cielo.
Todo despegue es opcional. Todos los aterrizajes son obligatorios.
La hélice es simplemente un ventilador enorme para refrescar al piloto. Cuando la hélice se para, el piloto suda.
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