Pastillas contra el dolor ajeno.

Cuando le preguntaban a mi padre por su salud, solía responder: "Si no entramos en detalles, estoy muy bien". Pero si se entraba en detalles, te enumeraba una lista interminable de achaques propios de la edad, (mi padre murió con 95 años).

De aquella ristra de achaques, me dejó en herencia una hipertensión que padecemos la mayor parte de los miembros de mi familia. Esta hipertensión hace que, regularmente, tenga que pasar por la farmacia para comprar una caja de comprimidos Enalapril 10 mg.

Últimamente vengo viendo en la estantería de la farmacia un curioso “medicamento”, que me ha llamado la atención... “Pastillas contra el dolor ajeno”.

No suelo automedicarme, pero esta vez he decidido saltarme este principio y, sin consultar a mi médico, me he comprado una caja de estas pastillas. Tampoco suelo aconsejar a nadie que tome ningún tipo de fármaco, sin embargo desde que probé estas pastillas no hago más que aconsejarlas ya que son muy eficaces. Realmente alivian el dolor ajeno o será que, como dice mi suegra, -"yo les tengo mucha fe" -

Vienen en cajas de 6 pastillas de mentol-eucalipto y tan solo cuestan 1€. El dinero recaudado con ellas, Médicos sin Fronteras, lo destina al tratamiento de enfermos de malaria, Chagas, kala azar, enfermedad del sueño, sida infantil y tuberculosis.

Cada día mueren en el mundo 8000 personas a causa de enfermedades que pueden curarse.

El prospecto que acompaña a estas pastillas, nos dice: “Las pastillas contra el dolor ajeno son indicadas para el tratamiento sintomático de dolor ajeno de intensidad alta, leve o moderada. El principio activo de las pastillas contra el dolor ajeno es el amor. Este principio es parte de un gesto humanitario que actúa directamente en las zonas más necesitadas y su fin es ayudar a aquellos que lo necesitan”

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