¡Al agua patos! debieron gritar los tripulantes del buque mercante que zarpó en Enero de 1992 rumbo a EEUU, cuando varios contenedores cayeron a la mar desde su cubierta, propiciando que uno de ellos se abriera, a causa del impacto. El accidente dejó a la deriva 29.000 juguetes de plástico para usar en la bañera, (patitos, tortugas, castores, ranas...), que se vertieron en medio del Océano Pacífico (44.7°N, 178.1°E) y emprendieron un periplo que ha durado 15 años.
Curtis Ebbesmeyer
Pero como "no hay mal que por bien no venga", el oceanógrafo estadounidense Curtis Ebbesmeyer debió de sentirse tan contento que tocó palmas con las orejas.
Curtis Ebbesmeyer y su colega, James Ingraham, se dedican a la investigación del comportamiento de objetos arrastrados por las corrientes marinas.
Para la investigación de las corrientes marinas se utilizan aparatos más sofisticados, como boyas equipadas con transmisores y gps, "pero también se pueden obtener resultados óptimos con un gran número de objetos flotantes". Además, las boyas, son muy caras y no pueden usarse con la frecuencia y en la cantidad que los científicos desearían.
Puestos en alerta el personal de limpieza de playas, socorristas, fareros, guardacostas, etc., se empezó a hacer un seguimiento de los juguetes y su periplo marino. Los primeros patitos empezaron a aparecer por las costas de Alaska, en Noviembre de 1992 a 3.200 kilómetros del lugar donde cayeron.
Mapa con el desplazamiento a la deriva de los "Friendly Floatees"
A lo largo de los años siguientes, los "patitos", fueron apareciendo por las costas de todo el mundo. Quince años después, estos juguetes, habían conseguido cruzar el Círculo Polar Ártico y llegar a las costas del Atlántico Norte, (Inglaterra e incluso Galicia), según predijo Ebbesmeyer.
Ebbesmeyer e Ingraham son los creadores de un programa de ordenador, diseñado para calcular y predecir el movimiento de la superficie marina, llamado Oscur, (Simulador de Corrientes de la Superficie Oceánica). Estos estudios tienen muchas aplicaciones prácticas, incluso han sido utilizados por las autoridades para predecir la aparición de cadáveres de accidentes marinos, la localización de pecios, (restos de naufragios), etc. Incluso, Ebbesmeyer, colabora con la policía. Partiendo del lugar donde aparece un cuerpo, trata de averiguar el lugar de procedencia.
«Dedicarme a la investigación de los objetos arrastrados por las corrientes marinas es una especie de hobby que cada vez resulta más divertido» (Ebbesmeyer)
Fuentes: Desechos marinos, Curtis Ebbesmeyer, Friendly Floatees, El Mundo.
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