Pedro III el Grande, (1240-1285), Rey de Aragón, Valencia, Sicilia y Conde de Barcelona, venía de una familia de "guapos".
Ramón Muntaner, (1265-1336) dijo de él que "era el hombre que había nacido con más gracias después de Jesucristo". Y de su padre, (Jaime I el Conquistador), afirmaba Bernat Desclot que "era el hombre más bello del mundo" con unos "bellos cabellos rubios que parecían hilo de oro".
Recientemente se han hecho unas investigaciones, en la tumba de Pedro III, encontrándose restos de genista en su barba. Pedro III no era rubio, se teñía, demostrando una coquetería propia de los "metrosexuales" existentes en la sociedad actual.
Hace unos días, Nieves Concostrina, periodista de RNE-Radio5 nos contaba en su programa, "Polvo eres", los hechos de la siguiente manera:
Como ves, la coquetería masculina, no es monopolio de los tiempos actuales. A mediados de los años 1.200 ya se teñían los hombres, (algunos de ellos), y quizás a Pedro III "El Grande" le venía mejor el apelativo de "El Metrosexual".
Fuentes: "Polvo eres" y El Pediódico de Aragón.
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