Si hubiera que relacionar a España con un animal, todo el mundo pensaría en un toro. Posiblemente debido a la “fiesta nacional” o incluso al famoso anuncio de Osborne, que encontramos por las carreteras de todo el país.
A pocos se les ocurriría representar a España con un conejo, y sin embargo así ha sido en la antigüedad.
Los fenicios llamarón a la peninsula Iberica “I-Saphan-im” que podría traducirse por tierra de conejos, de donde deriva el vocablo romano Hispania.
El hecho de que los emperadores Trajano, Adriano y Teodosio fueran españoles hizo que España fuera favorecida en el trato con respecto a otras regiones, permitiéndole acuñar monedas.
Siendo emperador Adriano (que había nacido en Itálica, actual Santiponce a 8 Kilómetros de Sevilla) se acuñaron monedas conmemorando los viajes que solía hacer con frecuencia a la península, y cuando hubo que representar a Hispania alegóricamente en las monedas se hizo evidentemente incluyendo al conejo entre sus elementos.
En la moneda que figura en la imagen de abajo, Hispania está representada por una figura femenina recostada sobre unas piedras, que tiene en la mano una rama de olivo y a sus pies un conejo.
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